El precio de la emancipación

La muerte no es como algo instantáneo, la muerte es lo que viene después. La muerte de una persona significa su vacío, su falta de presencia, su falta de perfume, sus olores, su forma de ser. Esa es la muerte. La muerte siempre busca arrebatar la memoria, arrebatar los recuerdos, ahí es cuando muere una persona, cuando se olvida. Estas palabras salían, casi con subtítulos, de la boca de Alexis, mientras compartía conmigo uno de los tantos episodios que ha tenido que pasar en este camino. Alexis es el compañero de una de mis amigas. De hecho, tuve conocimiento de este capítulo antes, pues fue narrado por ella más o menos dos o tres días después de haberse escrito. Esa noche me encontraba en San Andrés, Santander. Estábamos en abril de 2016, eran más o menos las siete y media, cuando decidí llamarla. Le pregunto después de un cariñoso saludo 

-¿Qué me cuenta, mi china, cómo está? Ella me responde 

-Bien. 

A secas, no me convence mucho. Y es ahí donde me dice:

-Lu, pasó algo muy feo. 

Y le pregunto: - ¿Qué? -Con demasiada intriga. 

A lo que ella responde con tono preocupado. “A Alexis se le murió la hermana”. Me contó cómo había pasado y me dijo que estaba muy triste por eso. Entonces le dije algunas cosas para subirle el ánimo y le conté cómo me estaba yendo por allá, cómo me sentía, etcétera. Lo que generó amnesia instantánea y así culminó una amena conversación. Sin embargo, no puedo negar que ese relato me dejó pensativa y con un gran sinsabor, aunque no tuviera total conocimiento del caso, ni de Alexis, ni de sus familiares.

Esta tarde del 2019 se torna cálida, el cielo muestra su espectáculo una vez más e incluso los que no merecen asistir al evento participan de él. A pesar del afán que llevo, me detengo un instante a detallar ese color rojizo que puede asociarse con el verano, sin embargo, para algunos eso es insignificante pues no hay estación que valga, sencillamente puede seguir siendo invierno y eso exactamente reflejaban los ojos de Alexis. Se encontraba con unos amigos, en un espacio donde suelen aglomerarse jóvenes a pasar el rato. Hay una gran zona verde y varios árboles ondeando sus copas lentamente al son de las corrientes de aire. Son más o menos las seis y diez, nos dirigimos a una banca y comenzamos a charlar. Y al haber un silencio, de esos incómodos que llaman él, con un tono muy sereno después de haberme contextualizado sobre ese capítulo del que tuve conocimiento por mi amiga Dayana, me cuenta:

-Mi hermana se llamaba Yusmedi Pico y vivía con mi cuñado como desde los trece años. Ellos se fueron a vivir juntos. Pues ella no quemó muchas etapas de su juventud y formó una familia desde muy temprana edad. Y siempre fue así el matrimonio; mi cuñado era el que trabajaba y ella era la que cuidaba a los niños ¿no? Pero llegó el momento que mi hermana era ya más madura, ya mis sobrinos habían crecido, mi hermana ya quería trabajar independientemente, salir de la casa y lo logró consiguiendo un trabajo de…  ofreciendo mercancía, impulsadoras que llaman, pero eso ya implicaba que saliera de la casa, que ya estuviera por fuera entonces eso generó problemas ahí en el hogar porque era un matrimonio en el que estaban acostumbrados a que la mujer estuviera en la casa y bueno, el caso es que generó problemas ahí en la relación entre ellos dos. Eso fue más que todo fue a inicios de abril del 2016. Estaban discutiendo mi cuñado y mi hermana, entonces se separaron y mi hermana lo que hizo fue pues sacarle la ropa de ahí del apartamento y le dijo que se fuera. Entonces mi cuñado se vino a quedar donde mi nona y en ese tiempo nosotros como núcleo familiar salimos del Norte, entonces llegamos al mismo barrio donde vivía mi nona y ahí estaba mi cuñado, entonces claro, nosotros estábamos enterados de todos los problemas que ellos estaban ahí como teniendo y llegamos al nuevo barrio y mi cuñado como era muy allegado a mi familia entonces no fue raro de que él se comenzara a quedar ahí en nuestra casa y eso permitió de que yo viera cómo él sufría porque estaba separado: viendo a su mujer que ya estaba saliendo con sus amigas a tomarse sus cervezas y es algo muy casual ¿no? Pero ya generó mucha inseguridad en él y fue un matrimonio que ya iba pa’l piso y pues él cada vez estaba perdiendo la comunicación con sus hijas y eso generó de que él quería matarse, o quería quizás asesinarla a ella, lo de asesinarla a ella nunca lo pensé.

Posteriormente, una parte minúscula de las corrientes de aire se convierte en suspiro mientras Alexis recuerda si su cuñado presentaba algunas actitudes depresivas y tratando de responder a la cuestión él me cuenta el esposo de su hermana siempre estaba dispuesto a colaborarle a su familia, que organizaba los eventos familares, los paseos. Que él era el que “se ponía la diez” para que todo saliera bien. Sin embargo, al mirar hacia atrás cuidadosamente, encuentra la remembranza de la tristeza que invadía a su cuñado causa de la separación de quizás, lo que más amaba en el mundo. Alexis cuenta que fue testigo de ese sentimiento que a la mayoría no le gusta enfrentar y afirma que así lo vio en esos días.

-Bueno sí triste porque él veía que ya estaba perdiendo a su esposa y más que ya no se hablaba con las niñas.

Abro los ojos con gran sorpresa, no creo que estuvieran tan brillantes como los de Alexis que aun por encima de los lentes se podían apreciar como un lago en invierno con una delgada capa de hielo a causa de las bajas temperaturas. Continúa su relato.

-El 6 de abril mi hermana se estaba alistando temprano para irse a trabajar, ese día eran como las cinco, más o menos de la mañana, en ese momento mi sobrina la menor salió del apartamento, se alistó y se fue, y mi sobrina tenía la costumbre de pasar por la plaza por donde trabajaba el papá y lo saludaba, pero ese día no lo hizo, entonces él la vio, mi cuñado la vio desde lejos que pasó por otra cuadra y que evitó saludarlo, entonces eso fue quizás una de las cosas que él pensaría “ya estoy perdiendo la familia” ¿si? Y él como tenía el arma entonces ese día muy temprano él tenía las llaves del apartamento, entonces subió de la plaza, entró al edificio; en las cámaras del edificio ya después de todo lo que pasó nos dimos cuenta que él estuvo un tiempo ahí en el primer piso como caminando de un lado para otro, de un lado para el otro -repite recordando con minuciosidad- como desesperado y ya llegó un momento en el que subió al quinto piso y pues entró con las llaves. Mi hermana estaba saliendo de la ducha, mi sobrina mayor estaba en el baño, y bueno el entró a la pieza de mi hermana y pues no sé ahí si alcanzaría a decir algo o no, el caso es que el le pegó un balazo ahí en la frente. Por encima de la ceja, me acuerdo tanto -pronuncia con voz melancólica miro sus ojos y tienen un brillo infinito, ahora parecen escarchados- así un disparo instantáneo que la asesinó y en ese momento sale mi sobrina del baño y no sé si alcanzó a verlo o algo así, el caso es que mi cuñado también se pegó el balazo y pues se suicidó y mi sobrina salió corriendo rápido del apartamento gritando por la plaza, en piyama de que estaba buscando a mi hermano mayor que trabajaba, en ese tiempo, por ahí cerca de la plaza para contarle eso. Todo eso sucedió el seis de abril del 2016 pero mientras que pasaba todo eso a las cinco de la mañana casi seis de la mañana yo estaba en mi casa durmiendo y ahí es cuando yo te decía que es la llamada de la muerte cuando en plena seis de la mañana llaman a mi mamá, y mi mamá comienza a llorar entonces sube mi padrastro corriendo las escaleras y recuerdo que él abre bruscamente la puerta y dice “Despiertesen” y yo y mi hermano nos despertamos y ahí es cuando nos dice “Que por allá Aleizer se mató” y nosotros ¿Qué? “No que mató a su hermana también” y ahí fue que todo comenzó. Entonces nos alistamos rápido, cogimos un taxi y nos fuimos hacia el apartamento que queda por aquí en San Francisco y mientras yo iba en el carro pensaba de que quizás había posibilidades de que ella estuviera herida y no estuviera como tal muerta, el problema fue cuando ya llegué ahí a la entrada del edificio y vi ya los carros de la morgue -el aire que inhala profundamente no es el mismo que exhala, pues este viene cargado de garabatos- No ahí fue cuando… -Lo invade un gran silencio- No ahí ya fue cuando paila ya todo estaba hecho. Y claro la policía ya estaba acordonando el edificio, la gente ahí chismoseando. Nosotros pudimos entrar porque dijimos que éramos familiares y ya cuando entramos no nos dejaron subir porque obvio estaba el reguero de sangre la policía estaba arriba recogiendo los cuerpos. Estábamos ahí abrazando a mi sobrina mayor porque estaba toda como traumada porque fue la que vio todo y mi sobrina pequeña no sabía porque ella se fue para el colegio. Ahí fue un momento muy doloroso porque fue esperar en el primer piso y ver como bajaban el cuerpo de mi hermana, en esa bandeja en lata así toda fría, así serpenteando las escaleras por todo el edificio y yo ver como la traían desde arriba en una lata. -el viento persiste con gran fuerza- Verla al frente mío así en una bandeja y luego lo mismo con mi cuñado. –Un suspiro más se le escapa- El caso es que ahí murió mi hermana, ahí murieron los sueños de ella. Ese matrimonio era muy feliz porque mi cuñado siempre le dio buen trato y buena vida y no niego que él fue un buen esposo en su momento, pero así en la crisis hay gente que hace tragedias de un día para otro y nunca lo planean, son cosas espontaneas y uno no puede decir de que la persona ya era un asesino. Son cosas por no controlar las emociones y por ver a la mujer como un objeto, una propiedad.

Además de esto, Alexis me cuenta que los cuerpos ni siquiera, fueron velados en el mismo lugar, que los sepelios fueron a horas diferentes y en lugares, un tanto opuestos. Con estas palabras culminó Alexis su recuento sobre ese doloroso capítulo del que tuvo que ser testigo, las imágenes enmarcadas por la tristeza y las palabras talladas en su mente, casi como en piedra. Y no solo en su mente, pues el jueves 7 de abril del 2016 Vanguardia Liberal publica una noticia titulada “Tragedia pasional: asesinó a su expareja y se suicidó”.